Hoy por hoy la exploración espacial es un negocio apto sólo para gente tenaz. Los requisitos de selección a la hora de escoger a los que se adentrarán en la órbita terrestre son extremos: Resistencia tanto física como mental son no sólo necesarios, sino que vitales. En el espacio un ser humano sufre pérdida de densidad ósea y de masa muscular, y además se enfrenta a radiaciones que pueden desencadenar desórdenes moleculares serios, que podrían expresarse en cáncer, cataratas y a veces en daño cerebral. Como si no sólo bastaran los peligros de la ingravidez, de la radiación solar y cósmica que traspasan el campo magnético terrestre, y de los riesgos asociados a las caminatas espaciales como son el vacío, el frío abismal y los fragmentos de roca viajando a decenas de miles de kilómetros por hora, también se hallan siempre latentes ciertos peligros ocultos en las mentes humanas. La soledad del espacio, el reducido volumen habitable, la falta de lujos mínimos (la orina se recicla, la higiene es mínima y la comida poco apetitosa), pueden provocar conflictos interpersonales o desencadenar episodios de colapso mental debido al estrés. Además, no debemos olvidar que estas personas están alejadas de sus familiares y amigos durante semanas a meses, debiendo realizar actividades rutinarias exigentes y vitales constantemente (tales como ejercicio y comprobación de sistemas de apoyo vital). En resumen, vivir en el espacio no sólo es intensamente aburrido, estresante y agotador sino que peligroso. ¿Qué soluciones le daremos a estas problemáticas si deseamos salir de la órbita de la Tierra y explorar tripuladamente lo que está más allá de la Luna?
En el espacio interplanetario no hay campos magnéticos que nos protejan de las radiaciones letales del cosmos. En Marte la radiación ultravioleta proveniente del Sol puede resultar en quemaduras crónicas y cáncer debido a la carencia de una capa de ozono, la presión atmosférica es la centésima parte de la atmósfera terrestre y el frío tiene una media de alrededor de 60ºC bajo cero, eso sin mencionar que no hay oxígeno respirable. ¿Estamos preparados biológicamente para habitar en escenarios similares? Sin apoyo tecnológico la respuesta es un definitivo NO, mas, incluso con apoyo de la tecnología electromecánica y química a la que estamos acostumbrados las cosas no se nos harán sencillas: Lo más simple, recomendable y preventivo a la hora de exponer menos las vidas de los futuros exploradores y colonos es la modificación biológica.
¿Qué tipo de modificaciones biológicas serían útiles a futuros exploradores y colonos marcianos? Una modificación muy sencilla y que pareciera ser totalmente insignificante o modesta podría hacer la diferencia entre un viaje de seis meses insoportable y uno un poco más desahogado: La supresión de las glándulas apocrinas.
Las glándulas apocrinas son un tipo de glándula sudorípara cuya única función es liberar olores y feromonas que en teoría debieran ser atractivos sexualmente. Estas glándulas en los humanos se conectan al folículo piloso de zonas velludas como ingle y axilas y, en comparación a otros mamíferos, se presentan muy reducidas en número, dejando en claro que es una característica vestigial de la evolución mamífera que la evolución humana ha ido descartando. Haciendo la comparación, los humanos del África central son los más antiguos y diversos de los grupos humanos, y poseen una mayor proporción de glándulas apocrinas por superficie de piel en relación a grupos humanos más recientes, como los del Asia oriental: O sea, si dejáramos pasar un buen periodo de tiempo estas glándulas acabarían por desaparecer, como las muelas del juicio.
Si bien estas glándulas podrían efectivamente desempeñar un papel útil en el atractivo sexual ancestral, al día de hoy son totalmente desdeñables. Para colmo, cuando las sustancias que liberan pasan a formar parte del metabolismo bacteriano (por ejemplo, por falta de higiene), los productos que las bacterias liberan son de olores desagradables. En nuestra cultura las mujeres se depilan las axilas, y hombres y mujeres usamos desodorantes y antitranspirantes para evitar sus efectos: En otras palabras estas glándulas nos hacen gastar tiempo y dinero, y son una molestia.
Y, en un viaje a Marte, seguirían siendo una molestia. Hoy en día los astronautas deben soportar los olores de sus compañeros para evitar un derroche de agua que no poseen (pues, como mencionaba, el agua en el espacio se recicla, incluida el agua presente en la orina, y esto es un proceso caro). Los viajes a Marte duran como mínimo seis meses. Seis meses con un mínimo de higiene, y con tripulación mixta, serían horrendos para aquellos osados exploradores. Si los mismos lograran suprimir la actividad de sus glándulas apocrinas, o aun más, si lográramos evitar que se formaran durante la diferenciación de tejidos embrionaria y fetal, los viajes en el espacio tendrían un problema menos: Los malos olores.
Esta aplicación no sólo sería útil a los exploradores espaciales, sino que a todos. A nadie le gusta sudar y oler mal, y a nadie le gusta oler el sudor maloliente de otro. Por lo demás, es una característica que va en retroceso, y no estaríamos desviando nuestra la evolución, sino que acelerándola. El transhumanismo puede tener aspiraciones modestas y concretas que sin embargo pueden mejorar la calidad de vida de formas interesantes. Pequeñas modificaciones hacen grandes cosas. En las próximas entradas intentaré exponer mis ideas sobre modificaciones más ambiciosas con efectos mucho más radicales.
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El transhumanismo es un movimiento intelectual y cultural internacional que propone y promueve el uso de las tecnologías emergentes para la manipulación y el mejoramiento de la condición humana, en aras de la superación de las limitaciones biológicas que nos restan libertad.
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sábado, 7 de noviembre de 2009
Exploración espacial y transhumanismo (I): Glándulas apocrinas.
Publicado por
Rodrigo Leyton R.
en
16:50
Etiquetas:
exploración espacial,
glándulas apocrinas,
manipulación genética,
modificación biológica,
sudor,
transhumanismo
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Seria bueno implementar este tipo de ideas en los viajes espaciales, no solo en beneficio de la persona, sino de sus compañeros, jaja.
ResponderEliminarMuchos saludos, sigue escribiendo.